

Las conversaciones del jueves se realizaron en dos segmentos, por la mañana se abordó la reinstalación de las relaciones diplomáticas --y la apertura de embajadas en ambas capitales-- y por la tarde temas potencias de una agenda de interés común que contempla desde el combate a las drogas hasta el enfrentamiento a los desastres naturales. "El establecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas es solamente parte de la normalización de las relaciones", expresó Jacobson. Indicó que no hay un "modelo" para la apertura de embajadas, pero reconoció que la normalización significará abordar las diferencias, como la situación de los derechos humanos tal como lo entienden los Estados Unidos con libertad de asociación. Según Vidal, la normalización será "un proceso largo, que va a requerir trabajo de ambas partes". Manifestó que sería difícil de explicar que Estados Unidos abriera una embajada en la isla sin sacar a la nación caribeña de la lista de Estados terroristas en la que la agrega cada año. Las dos rondas de conversaciones del jueves estuvieron precedidas la víspera por una revisión semestral sobre el tema de migración, que hasta ahora ha sido el único punto de contacto formal entre la partes por años, que se realizó el miércoles y en el cual las partes monitorearon los acuerdos que tienen en la materia, los únicos firmados entre las dos naciones. "La delegación cubana expresó que tenemos distintas concepciones sobre el ejercicio de la seguridad nacional, derechos humanos, democracia, modelos políticos, relaciones internacionales", explicó Machín. Se desconoce cuál fue la respuesta de la contraparte estadounidense. Un funcionario de la cancillería cubana que sostuvo una conversación con periodistas pero no estaba autorizado a dar su nombre indicó que no hay un plazo establecido para abrir las embajadas, que sería el símbolo más palpable de las reinstaladas relaciones entre Cuba y Estados Unidos anunciado por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre de 2014. Un apartado de importancia para Cuba será "el comportamiento que deben mantener nuestras misiones diplomáticas... y las funciones que deben ejercer", dijo el funcionario cubano cuyo nombre se mantiene en reserva. Cuba acusó sistemáticamente a Estados Unidos de usar su Oficina de Intereses -la representación que lleva los asuntos del otro país en el marco de una ruptura de relaciones diplomáticas- para socavar la revolución, dando instrucciones y financiamiento de diverso tipo a los disidentes. Las relaciones entre los dos países se rompieron en la década del 60 tras el triunfo de la revolución cubana y Estados Unidos impuso severas sanciones a Cuba presionando un cambio de modelo, pero Obama reiteró esta semana que se trataba de una política fracasada. El mandatario estadounidense flexibilizó las sanciones la semana pasada y permitió más viajes de estadounidenses, el envío de remesas y algunas exportaciones, pero el grueso de las sanciones continúan vigentes y eventualmente serían desmanteladas. Según el funcionario, otro de los temas que se planeará será la compensación que Cuba exige por daños y perjuicios causados por las sanciones.