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Honduras: Un cementerio sobre una montaña de oro enfrenta a un pueblo con una minera

Los restos de cientos de personas se interponen entre las intenciones de la minera canadiense Aura Minerals de expandir sus operaciones para extraer oro en una mina a cielo abierto en la comunidad de Azacualpa y los habitantes del lugar.
Desde hace más de 200 años, los pobladores de Azacualpa entierran a sus familiares en el mismo sitio. Se desconoce los restos de cuántas personas yacen en el cementerio pero sí que descansan sobre una montaña de oro. Ello tiene enfrentados a los habitantes de esta comunidad del noroeste de Honduras con la minera canadiense Aura Minerlas. El conflicto es apenas el último de una serie en el país que involucra a humildes comunidades y grandes empresas, con las autoridades, locales y estatales, en el medio. La industria minera, que cada año aporta el país entre US$100 y US$150 millones, es el detonante de un sinnúmero de pleitos. En Azacualpa el origen del diferendo es la mina a cielo abierto de San Andrés, en operación desde 1983 y en manos de Aura Minerals, que la opera a través de la filial Minerales de Occidente S.A. (Minosa) desde 2009. La mina quiere quitarnos el cementerio y la comunidad no quiere eso”, le dice a BBC Mundo Genaro Rodríguez Montoya, fiscal del Comite Ambientalista de Azacualpa. Foto: AFP El motivo de la actual escalada de tensión entre la comunidad y la minera se remonta a un acuerdo realizado en 2012 que todavía no se ha concretado. “La minera no ha cumplido nada de eso. Quieren que nosotros demos todo y ello no dan nada. La mina quiere quitarnos el cementerio y la comunidad no quiere eso”, le dice a BBC Mundo Genaro Rodríguez Montoya, fiscal del Comite Ambientalista de Azacualpa.El acuerdo El convenio establecía que para agosto de 2015 Aura Minerals habría entregado 396 nuevas viviendas para los pobladores en la localidad de Palania, a unos 8 kilómetros de distancia.
A cambio, los habitantes de Azacualpa -unas 3.000 personas- se comprometían a autorizar individualmente el traslado del cementerio y permitir la identificación y reubicación de los restos.Rodríguez Montoya asegura que la minera no cumplió con la totalidad de la entrega y que las viviendas son más pequeñas que lo acordado. Aura Minerals afirma que hasta que la comunidad no acceda a que los restos sean llevados a otra parte no se terminarán de entregar las casas.
En conflicto Desde fines del año pasado un grupo de pobladores ha realizado bloqueos esporádicos a la mina como forma de protesta, llegando a detener la operación, y desde entonces ambas partes se encuentran enzarzadas en esta disputa en la que media el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh). “Ellos de ninguna manera han cooperado para acceder a relocalizar los restos”, le dice a BBC Mundo Jim Bannantine, director ejecutivo de Aura Minerals. Bannantine reconoce que el asunto del cementerio “es delicado para cualquier comunidad” pero advierte que si su compañía no logra explotar esa área, la viabilidad del proyecto, que da empleo a 900 personas, está en riesgo. De la mina San Andrés se extraen unas 80.000 onzas (2,2 toneladas) de oro al año y le genera a Aura Minerals ingresos anuales de US$100 millones.“El cementerio es la diferencia entre que la mina opere por dos o tres años más o que lo haga por diez años”, explica, “y todos los empleos que genera la mina se acabarán si no se mueve”. Aura Minerals reconoce la “tremenda importancia espiritual, religiosa y cultural” del cementerio y por ello asegura haber dedicado “grandes inversiones en tiempo y recursos” para investigar cuál es la mejor forma para realizar su traslado. La compañía hace hincapié en que no tocará el cementerio hasta no recibir la aprobación de los familiares y que el proceso cuente con el visto bueno de la Conadeh y el Ministerio de Salud. Este último, le aclara el Instituto Hondureño de Geología y Minas (Inhgeomin) a BBC Mundo, junto a la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), dictaminaron que el camposanto por “sus condiciones físicas y geológicas corre un gran riesgo de venirse abajo”. “Si hay un riesgo probado, nuestra opinión es el traslado del cementerio”, explica la subdirectora de minería del instituto, Ericka Molina.