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El programa republicano choca contra los estudiantes de Denver

El instituto de secundaria más famoso de Estados Unidos se llama Columbine High y está en el Condado de Jefferson, a las afueras de Denver, Colorado. El símbolo de Columbine es un soldado americano rebelde de la Guerra de la Independencia contra los ingleses. Sus equipos deportivos se llaman Los Rebeldes. En la cafetería, un cartel recuerda: ‘Eres un rebelde de Columbine para toda la vida’. El pasado 25 de septiembre, la mitad de sus 700 estudiantes se levantaron de la clase a las 10.50 de la mañana y salieron a la calle en una masiva rebelión estudiantil coordinada con otros institutos de la zona.
Protestaban contra el intento del Consejo Escolar del Condado de Jefferson de modificar el temario de historia. En noviembre 2013, en unas elecciones a las que la gente no suele hacer caso, los candidatos conservadores se hicieron con el control del Consejo Escolar al ganar tres de los cinco puestos. En verano, presentaron una propuesta para que el temario de historia diera una visión más patriótica y limpia de EE UU. La propuesta habría eliminado del temario referencias a episodios de desobediencia civil y falta de respeto a las instituciones. Para estudiantes y asociaciones de padres y profesores, eso significa censura de cualquier pasado controvertido de EE UU, incluyendo la esclavitud o el movimiento por los derechos civiles.
Así que los estudiantes decidieron enseñarse lo que es la desobediencia civil ellos mismos. Ante la rebelión, el Consejo Escolar ha aplazado sus planes. La situación con las escuelas de Jefferson County ha saltado a nivel nacional porque este no es un condado cualquiera. Su composición demográfica e ideológica es una reproducción exacta en miniatura de la del Estado. Básicamente, sin ganar en este condado no se puede ganar el Estado de Colorado. Jefferson County ha votado por el ganador en todas las elecciones al Senado de EE UU desde 1992. De la misma forma, todos los gobernadores de Colorado desde 1978 han ganado en este condado para llegar al cargo. En Colorado, las elecciones de mitad de mandato del 4 de noviembre próximo son una moneda al aire. Los candidatos a gobernador, el demócrata John Hickenlooper (en el cargo) y el republicano Bob Beauprez, están empatados en las encuestas. Más preocupante en Washington es que los candidatos al Senado, el demócrata Mark Udall y el aspirante republicano Corey Gardner, también están empatados. Esto hace de Colorado uno de los cuatro Estados de los que depende la exigua mayoría demócrata en el órgano legislativo más importante del país. Todos asumen que la elección va a estar en unos pocos miles de votos. Pesos pesados como Hillary Clinton o Michelle Obama han estado aquí esta semana. La movilización es la clave para ganar. Y el distrito clave, Jefferson County, está más movilizado que nunca gracias a los estudiantes. “Lo que está pasando en Jefferson County va a hacer que vote más gente”, asegura Alvina Vasquez, de la organización Campaign for a Strong Colorado, que se dedica a fomentar la participación electoral. Gracias a la revuelta, “la gente hace una conexión entre el voto y las decisiones que más influyen en nuestras vidas. Mucha gente que no había desplegado las antenas políticamente, ahora lo ha hecho. La gente normal no tiene tiempo de pensar en política, pero gracias a esto, se han dado cuenta de que estas elecciones son más importantes para sus vidas que las presidenciales”. En Colorado, las elecciones de mitad de mandato del 4 de noviembre próximo son una moneda al aire Dwayne Stephens, presidente de los demócratas del condado, explica que la composición del condado es un tercio demócrata, un tercio republicano y un tercio no afiliado por lo que “el voto no afiliado es la clave”. “Creo que lo que ha pasado aquí es un factor de decisión para que la gente vote demócrata”, asegura Stephens. Está confiado en que, al contrario que en las presidenciales, “en estas elecciones la gente vota por temas, no por partidos”. Un portavoz del Partido Republicano de Jefferson rechazó de plano hablar sobre la protesta estudiantil. El director del instituto de Columbine, KC Sommers, permitió la protesta de sus rebeldes hace un mes, sin apoyarla. “Fue una protesta pacífica y poderosa”, explicaba en su despacho el pasado miércoles. “Los apoyamos como estudiantes, no por el contenido de la protesta. Es una oportunidad para aprender”. Sommers explica que “cuando los estudiantes creen que su aprendizaje se ve comprometido por las instituciones, son muy pasionales”. Para él, esto no es una batalla política. “Lo que me preocupa de esto es que perdamos el foco de lo que es verdaderamente importante, que es la educación de los alumnos”. Kaitlyn y Kyrianna tienen 14 años y no habían nacido cuando Columbine horrorizó al mundo en 1999. A las puertas del instituto, explicaban que salieron a protestar porque vieron a otros estudiantes en las noticias. “El Consejo Escolar no quiere enseñar la historia de nuestro país a la siguiente generación”, resumía Kaitlyn. Como ellas, quizá una mayoría de vecinos del condado no ha leído en profundidad la propuesta del Consejo Escolar, quizá solo tienen una idea superficial del conflicto por las noticias. Pero como ellas, quizá sea suficiente para salir a la calle, esta vez para votar contra los republicanos. Kaitlyn y Kyrianna no saben bien si la pelea ha terminado o solo se ha aplazado. “Esto podría volver después de las elecciones”.